Vigías de seguridad vial detrás de la pantalla

(diariodemallorca.es). Lorenzo Marina.- Una media de tres a cinco colisiones diarias. Ese es el índice de siniestralidad en la Vía de Cintura de Palma. Desde el Centro de Coordinación de Carreteras del Consell de Mallorca se gestiona cualquier contingencia que pueda surgir en la red viaria de la isla.
La jornada comienza con dos horas puntas sucesivas. La atención en el centro de pantallas es máxima. Entre las siete y media y las ocho de la mañana, un aluvión de vehículos inunda la Vía de Cintura y colapsa sus accesos. Es la hora punta para ir al trabajo en Palma.
Un rato después, entre las ocho y cuarto y las nueve menos cuarto, se vuelven a reproducir los atascos. En esta ocasión, responde a la hora de entrada en los colegios. Las inmediaciones de Son Rapinya acapara el trasiego de coches. Los dos momentos de máxima tensión se salvan sin incidentes destacados.
“La creación del tercer carril ha supuesto un descenso de los accidentes de tráfico en la Vía de Cintura, al reducir las retenciones”, explica David Susilla, jefe de sala del Centro de Coordinación de Carreteras del Consell. “Además la gente ya se ha acostumbrado a usarlo”, puntualiza. Muchos conductores circulaban por el centro o, incluso, la izquierda. Con el paso de los meses se han ido echando a la derecha.
De repente, un coche sufre una avería en un tramo conflictivo. El vehículo se detiene en una curva cerrada en el acceso de la Vía de Cintura al Paseo Marítimo. Llucía Esteller, operadora del Centro de Gestión de Carreteras, hace un ´zoom´ con las cámaras para acercar el vehículo. A continuación, asigna estas imágenes al 112 o a la Dirección General de Tráfico (DGT).
Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico acuden rápidamente al lugar. Estacionan sus motocicletas con las sirenas encendidas y el tráfico se ralentiza significativamente. Los agentes regulan la circulación para evitar incidentes.
Llucía activa los paneles indicativos de la Vía de Cintura para anunciar la retención. “Somos animales de costumbres. Cuando uno pasa todos los días por el mismo sitio, circula siempre a la misma velocidad. Si no se le señaliza, hay riesgo de colisión”, explica.
Las advertencias de los paneles indicativos tienen una vida en la memoria muy limitada. Solo se retienen en la memoria durante cuatro kilómetros. “Más allá la gente olvida incluso que ha visto un panel”, abunda Llucía Esteller.
Los vehículos ralentizan la marcha y evitan colisionar con el coche averiado en una curva de escasa visibilidad. Una grúa retira el turismo y la normalidad en el tráfico queda restablecida poco después.
La contingencia más grave que han tenido que acometer desde el Centro de Coordinación de Carreteras del Consell de Mallorca fue un vertido de gasoil hace unos años en Son Castelló. Pese a estar localizado en una rotonda aparentemente alejada, los estragos que provocó el vuelco de un camión cisterna se sintieron en toda Palma. El trabajo en el Centro de Coordinación de Carreteras fue frenético para minimizar el aluvión de retenciones que se les vino encima.
Cuando un testigo encuentra un objeto extraño en mitad de la carretera, avisa al 112. Este se pone en contacto con el Centro de Coordinación de Pantallas del Consell. Enfoca la cámara más cercana al lugar señalado, le asigna una imagen y se la envía de nuevo al 112 y a la DGT. El elemento detectado, si es realmente peligroso para la circulación, es retirado de inmediato.
El Centro de Pantallas también controla los túneles de Son Vic y sa Mola de Andratx. Cualquier incidencia en el interior se recoge en sus dependencias y se activa el protocolo establecido para cada situación. Una de las últimas ha sido la avería en un semáforo a la entrada de Son Vic. Tras verificarlo, es reparado sin dilación.
Fuente: diariodemallorca.es