Comisarías con grietas, goteras y ventiladores

Puertas de vidrio rotas y sustituidas por plásticos, fallos generalizados en los sistemas de refrigeración, humedades, grietas, azulejos caídos o sujetos con cinta de embalar, aseos inutilizados, vestuarios en los que nadie puede darse una ducha, techos que se caen, enchufes al descubierto... La realidad de las comisarías de la Policía Nacional en Sevilla dista mucho de la imagen de unas Fuerzas de Seguridad modernas que pretende transmitir el Ministerio del Interior. La mayoría de las instalaciones de este cuerpo en Sevilla han sido denunciadas por incumplimientos de la ley de prevención de riesgo laborales.

La Confederación Española de Policía (CEP) ha elaborado numerosos informes detallando la situación de cada una de las comisarías de Sevilla. Estos informes, a los que ha tenido acceso este periódico, han sido elevados tanto a la Jefatura Superior de Policía en Andalucía Occidental como a la Dirección General de la Policía, pero esta insistencia ha servido de poco a la hora de que se acometan reformas estructurales en las dependencias policiales.

El informe más reciente elaborado por este sindicato expone las deficiencias de una de las últimas comisarías en construirse en la capital, la de Sevilla Este. Pese a que se inauguró en el verano de 2010, la CEP alerta que "desde su recepción ha mostrado imperfecciones y vicios ocultos que con el paso de los días salen a la luz". El principal problema de esta comisaría es el fallo generalizado en el sistema de refrigeración y calefacción del edificio, que no funciona desde hace más de un año, lo que para el sindicato supone un riesgo para la salud y la seguridad de los usuarios, el personal laboral y los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía adscritos a esta comisaría.

El edificio está construido en hormigón y cristal, por lo que en este verano se alcanzan los 30 grados centígrados dentro del inmueble desde primeras horas de la mañana, que aumentan a medida que avanza el día. Para los delegados de prevención de la CEP, "se trata de una construcción moderna donde ha primado la estética arquitectónica antes que la operatividad". La idea del arquitecto de ahorrar energía dotando al edificio de grandes ventanales para la entrada de luz natural ha resultado ser "un despropósito", ya que los fallos en el sistema de refrigeración y calefacción han provocado saltos en los diferenciales de la luz y cortes en el fluido eléctrico. En las últimas semanas, los policías destinados en esta sede han comprado ventiladores y los han repartido por las diferentes dependencias de la comisaría.

Otra de las comisarías que ha sufrido el problema de contar con elementos de cristal es la del distrito Sur. Esta sede no es de reciente construcción y está ubicada en los bajos de un bloque de viviendas en Bami, pero tiene las puertas de vidrio. El 22 de marzo, como recoge otro informe de la CEP, se cayó una de las hojas de la puerta de entrada de la comisaría y no se ha sustituido. Lo único que se ha colocado es un plástico que, como se aprecia en la imagen reproducida en estas páginas, no impide el paso ni la entrada de agua de la lluvia, además de que en los días fríos transcurridos durante la pasada primavera las corrientes de aire en la comisaría eran continuas.

La sede de Nervión padece principalmente humedades y grietas que, o no son arregladas, o lo son de manera chapucera. Desde 2011 el sindicato viene denunciando estos desperfectos en la antigua casa de la avenida de la Cruz del Campo que alberga a una parte de la comisaría del distrito. El edificio es de los años cuarenta del pasado siglo y consta de dos plantas más una azotea. En él están todas las dependencias de la comisaría salvo la Inspección de Guardia y la oficina de denuncias y de DNI, que ocupan un local situado enfrente.

Para la CEP, el edificio no es apropiado para una instalación policial por la falta de espacio, las obras realizadas con el paso del tiempo, los desperfectos existentes o la cantidad de funcionarios que en la actualidad están destinados en el distrito Nervión. Sólo funciona el aire acondicionado y la calefacción en la planta baja y los policías han comprado tanto ventiladores para el verano como radiadores para el invierno. También han tenido que adquirir sillas, puesto que no había suficientes para todos. No existe vestuario ni zona de aseo adecuada para el personal femenino.

Hay aseos averiados, ventanas rotas en los cuartos de baño, interruptores y enchufes rotos, multitud de humedades en todo el edificio e incluso se ha desprendido la pintura del techo de una estancia que sirve de depósito judicial para los efectos intervenidos. El informe explica con fotografías cómo se arregló una gran humedad aparecida en el despacho del grupo de Policía Judicial, en la que se llegaba a ver el bajante al descubierto. El agujero se tapó pero ni siquiera se repintó la pared.

Además, la comisaría carece de salida de emergencias, ya que tan sólo cuenta con una única entrada y salida. A todo esto hay que añadir la gran cantidad de grietas, brechas y desprendimientos que hay en toda la casa. Durante años de reforma se llegaron a hacer puertas en muros maestros, se tiraron tabiques y se construyeron otros y se hicieron modificaciones estructurales que con el tiempo han derivado en una multitud de grietas. Muchas de estas brechas se cubren con mapas, carteles, cuadros y banderas. "Los funcionarios policiales de esta comisaría se creen en la necesidad de esconder a la vista del ciudadano esta falta de dejadez por parte de la administración, que da una imagen de país tercermundista", indica el informe, que pide que se abandonen estas instalaciones ante el riesgo de derrumbe que existe.

En la comisaría de Triana, en la calle Betis, hubo que hacer recientemente obras por unas enormes manchas de humedad en el techo. Tuvo que cerrarse durante días una de las oficinas de denuncias por el riesgo de desprendimiento. En similares circunstancias están las dependencias de la unidad de Caballería, en el Cortijo de Cuarto. Los vestuarios se encuentran en pésimas condiciones, con filtraciones de agua y charcos. El problema se agrava en la época de lluvias, cuando vuelven a surgir cada año goteras y manchas en techos y paredes. Las filtraciones de agua son continuas no sólo en las caballerizas, sino en todo el cuartel, donde los azulejos de las distintas estancias se han desprendido o se mueven, por lo que los policías han optado por sujetarlos con precinto.

En algunas de las comisarías de la provincia también se dan problemas similares. Una de ellas es la de Camas, ubicada en un antiguo almacén del Ayuntamiento que fue cedido en el año 1999 para su uso provisional. Por entonces había en la plantilla de Camas 30 agentes. Hoy son 78 y el espacio es el mismo. Los vestuarios masculinos están sobrecargados de taquillas y los femeninos están en un antiguo despacho de la Policía Científica, que además sirve de almacén y depósito judicial. No hay ventilación en la comisaría, puesto que en el edificio hay ventanales altos de cristales fijos con sólo una rendija de unos diez centímetros abatible. Esta falta de ventilación origina malos olores, humedades y un fuerte calor en verano. En mayo de 2009 hubo un incendio provocado por un detenido que causó varios casos de asfixia al acumularse el humo por la nula ventilación y se alcanzó una temperatura de 600 grados en las zonas altas. Además, no hay salida de emergencias y, si la puerta se bloquea, sólo puede evacuarse el edificio rompiendo los ventanales.
http://www.diariodesevilla.es/article/sevilla/1568771/comisarias/con/grietas/goteras/y/ventiladores.html