La mayor mafia de sicarios detectada en España planeaba secuestros en Valencia

La Policía Nacional acaba de desarrollar la mayor operación que ha tenido lugar en España contra una red de sicarios. Esta banda de delincuentes se encargaba de cobrar deudas generadas por el narcotráfico secuestrando a sus víctimas. De hecho, gracias a pinchazos telefónicos, los agentes descubrieron que tenían previsto desarrollar de forma inminente «un trabajo» en Valencia, con «alguien relacionado con el tráfico de cocaína», según explicaron ayer fuentes del cuerpo.

La operación se ha saldado con la detención de 16 individuos que se dedicaban a secuestrar a la víctima hasta que bien ella o su familia pagaba. Los agentes han practicado una quincena de registros en los que han sido intervenidas cuatro armas cortas, 200 gramos de cocaína, sistemas para adulterar la droga, 13 vehículos y 135.000 euros en metálico.

Al frente de la organización estaban tres hermanos colombianos que han participado en numerosas extorsiones, en el secuestro de dos compatriotas y que eran «tan temidos que sólo con dirigirse a las víctimas conseguían el dinero», resaltaron desde la Policía Nacional. Los agentes pudieron llevar a cabo las detenciones tras nueve meses de investigación, y justo en el momento en el que detectaron que la banda tenía previsto secuestrar de manera inminente a varias personas en Valencia, Tarragona, Salamanca y Málaga. Dos de los hermanos arrestados ahora fueron detenidos en 2005 en la operación contra la denominada «oficina de cobro del Dinámico», en la que el cabecilla huyó a Colombia, por lo que los dos hermanos se hicieron cargo de la organización. El tercero estaba fugado de prisión desde 2001, hasta que ahora ha sido detenido.



Los arrestados, once hombres y cinco mujeres, tienen entre 30 y 40 años y pasaron ayer a disposición judicial tras su detención el pasado lunes. Aunque no se ha detallado el número de víctimas a las que han extorsionado, la policía calcula que eran muy numerosas, ya que los miembros de la oficina solía hacer entre diez y veinte llamadas al día, casi todas para amenazar con actuar si no se pagaba lo adeudado.

Todas las víctimas que ha constatado la policía por el momento eran colombianas y a la mayoría se las amenazaba con secuestrar o matar a sus familiares en Colombia, donde la «oficina de cobro» solía ejecutar los actos delictivos.