La UE acepta estudiar que el adiestramiento pasivo sea considerado terrorismo

Los ministros del Interior de la Unión Europea se han comprometido a estudiar la manera de tipificar como delito de terrorismo a nivel comunitario el adiestramiento pasivo, incluso aunque aún no se haya actuado, y así prevenir los ataques de los llamados «lobos solitarios».

Se trata de una iniciativa del titular de Interior español, Jorge Fernández Díaz, con la que se pretende evitar que individuos que han estado en campos de entrenamiento de zonas conflictivas y después se han desplazado a un país de la UE con la intención de perpetrar atentados, acaben siendo puestos en libertad porque en el momento de su arresto aún no habían recibido explosivos.

La mayoría de los países presentes en la reunión de ayer en Luxemburso se han mostrado a favor, especialmente las delegaciones de Francia y Bélgica, según informaron a Efe fuentes diplomáticas. El tema volverá a ser abordado en un próximo encuentro previsto para finales de año.

Según Fernández Díaz, urge que la definición de terrorismo de la UE incluya no sólo a los que adoctrinan para la comisión de delitos, sino también a los receptores pasivos de la formación, «bien sea en centros de culto, en las prisiones, a través de la red, en campos de entrenamiento en el extranjero en zonas de conflicto, Yemen, Somalia, ahora en Siria…». «Resulta difícil de entender que una persona de la que quede acreditado por las investigaciones correspondientes que está adiestrándose en la comisión de delitos terroristas, no tenga la voluntad en algún momento de cometerlos», subrayó el ministro del Interior para defender esos cambios en la actual legislación.

Yihadistas en Siria

Fernández Díaz admitió que la regulación jurídica de este nuevo tipo delictivo «es difícil», pero insistió en que «tenemos que hacer frente a esa realidad», aunque siempre «partiendo de la base de que Europa es un espacio de libertad y donde los derechos y libertades fundamentales deben quedar en todo momento salvaguardados».

Los ministros del Interior compartieron los datos sobre ciudadanos de sus respectivos países que han ido a combatir a Siria y podrían regresar a Europa más radicalizados si cabe, quizá, y ahí la preocupación, para cometer atentados. La cifra global que maneja Bruselas se sitúa entre 600 y 700 europeos que han ido al conflicto que sacude Siria. Fernández Díaz no quiso precisar el número de españoles.

Fuente: abc.es