Jefaturas Policías Locales necesitan buenos profesionales no comisarios políticos

Durante las tres últimas legislaturas de la Comunidad de Madrid, los municipios y los miembros de las Policías Locales estamos esperando la aprobación de una nueva Ley de Coordinación de las Policías locales que sustituya la obsoleta norma actualmente en vigor, que fue aprobada en el año 1992.

Aspectos como:
- La elevación de la titulación académica requerida para el acceso (en la mayor parte de las comunidades autónomas se exige desde hace años el bachiller, mientras que en la CAM aún se exige el Graduado Escolar o equivalente).

- El establecimiento de una carrera profesional, que posibilite la promoción interna y una formación específica para los componentes de las Policías Locales.

- La reforma del régimen disciplinario; el del Cuerpo Nacional de Policía -que, según la Ley, debe inspirar el de las Policías Locales- fue modificado en 2011 y ya no se adecua al establecido en la Ley de Coordinación del 92, lo que genera situaciones de conflicto judicial y de inseguridad jurídica para los funcionarios.

- La falta de homogeneización normativa de la imagen corporativa de las Policías Locales, que hace posible la existencia de uniformes variopintos y de rotulaciones diversas en los patrullas policiales y dificulta su identificación inmediata por la ciudadanía.

- La falta de inclusión del proyecto BESCAM en una norma legal, tal y como se establece en el contenido de los acuerdos suscritos entre la Comunidad Autónoma y los Ayuntamientos.

- O la falta de regulación del armamento y medios de defensa reglamentarios para las Policías Locales, que también generan situaciones de inseguridad jurídica y de conflicto entre las Policías Locales y la Guardia Civil, por interpretaciones contradictorias del ordenamiento jurídico vigente.

Entre otros temas de menor importancia, necesitan desde hace años de una nueva regulación, para facilitar una gestión más moderna y eficaz de las Policías Locales.

Sin embargo, el Gobierno de la Comunidad de Madrid propone ahora una reforma puntual de la vigente Ley de Coordinación, a través del Anteproyecto de Ley de Medidas Fiscales y Administrativas, que elude su responsabilidad en la solución de estos problemas y que pretende la sustitución del actual modelo de dirección de las Policías Locales -de carácter estrictamente funcionarial y profesional- por otro basado en el nombramiento de cargos de confianza política, abierto a los mandos del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil.

Para Unijepol-Comunidad de Madrid este planteamiento, que ya se empleó profusamente durante el franquismo, resulta insultante, injusto y discriminatorio para con los componentes de las Policías Locales y, además, históricamente se ha demostrado ineficaz para conseguir una moderna gestión y dirección de la Seguridad Local.

. Es insultante, porque parte de presumir la cualificación profesional genérica de los mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para el ejercicio de la Dirección en cualquier Cuerpo o Fuerza de Seguridad, cuando no se reconoce a los mandos de las Policías Locales.

. Es injusto, porque cercena la promoción interna en las Policías Locales, restando a un determinado colectivo de funcionarios un derecho reconocido en el Estatuto Básico del Empleado Público, mientras que se potencia injustificadamente en otros.

. Es discriminatorio, porque no existe ningún tipo de reciprocidad. De tal manera, que se posibilita la promoción profesional no sometida a procesos selectivos a los mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, mientras que no se permite ninguna posibilidad en ese sentido a los mandos de las Policías Locales.

. Es ineficaz, porque históricamente ha conseguido efectos contrarios a los supuestamente deseados. Decimos "supuestamente", porque este planteamiento coincide con la presencia de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (en calidad de asesores) en la Consejería de Presidencia y Justicia de las Comunidad de Madrid, lo que nos lleva a pensar que realmente responde a intereses corporativos. La llegada de "paracaidistas" ajenos a nuestro colectivo produce la desmoralización en las Policías Locales. De otra parte, la experiencia histórica no ha demostrado que los buenos profesionales de la seguridad pública quieren hacer carrera en sus cuerpos de procedencia; nos tememos que a las Policías Locales solo llegarán funcionarios estatales fracasados y muy sesgados políticamente.

. Es un derroche, porque supone incrementar innecesariamente los presupuestos municipales con el incremento de los cargos de confianza política, mientras que se reducen las retribuciones de los componentes de las Policías Locales, se establecen tasas para la formación profesional de sus funcionarios y se reduce la subvención de las BESCAM.

La dirección profesional de las Policías Locales necesita de la experiencia y el conocimiento del complejo mundo municipal, muy distinto al del Estado. En el ejercicio de nuestra profesión, los Jefes de Policía Local tenemos que afrontar la gestión de la seguridad ciudadana y la convivencia, pero también tenemos que asumir otras responsabilidades como la seguridad vial, las relaciones laborales, la contribución a la elaboración de ordenanzas y reglamentos municipales y la colaboración con otros departamentos municipales, aspectos en los que no tienen ninguna experiencia los mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Quizás sea por eso que en los municipios donde se han producido este tipo de nombramientos, la gestión de la Policía Local no ha respondido a las expectativas que inicialmente habían generado.

Son muchas y diversas las instancias que han reconocido en diversas ocasiones al alto nivel de cualificación que hemos alcanzado las Policías Locales de la Comunidad de Madrid. Hace ya mucho tiempo que disponemos de muchos/as funcionarios/as de reconocido prestigio, para no necesitar de funcionarios llegados de otros colectivos profesionales, que -por el tipo de nombramiento que les ha facilitado el acceso a las jefaturas de Policía Local- tienen mermada su objetividad profesional y, lejos de mejorar la gestión de la Seguridad Local, generarán malestar y conflictos.

Esta cuestión no solo representa un importante retroceso profesional para los miembros de las Policías Locales, sino que -esencialmente- supone un gran retroceso democrático para la ciudadanía de la Comunidad de Madrid. El desembarco de cargos de confianza política en las jefaturas de las Policías Locales conllevará, inevitablemente, la reconversión de estos servicios públicos en estructuras puestas al servicio de los intereses de partido.