Las huellas: el aliado del policía

Elena R. DOCE

Los dedos son el peor enemigo del delincuente: sus huellas constituyen el chivatazo perfecto para un policía. De hecho, la prueba que se emplea para identificarlas, la dactiloscopia, es la más fiable. «No puedo demostraros que una huella no tendrá otra igual en toda la humanidad, pero os aseguro que así es», afirmó Isaac Carrera, inspector jefe de la brigada provincial de Policía científica. Impartió ayer una conferencia en Avilés titulada «Del escenario al laboratorio: la policía científica en la realidad», dentro de un curso de la Universidad de Oviedo.

La herramienta estrella de los CSI asturianos en el departamento de dactiloscopia es el Sistema Automático de Identificación Dactilar (SAID). Delata a los delincuentes que tratan de enmascarar su identidad con nombres falsos. En sólo 30 segundos es capaz de encontrar al autor de unas huellas. En 2010, esta herramienta permitió identificar en Asturias a 9.417 personas.

Los delincuentes saben que las huellas son su talón de Aquiles. «Hay gente que se quema las manos para no ser identificado, pero es absurdo, porque acabamos pillándolos igual», explicó Carrera, uno de los policías científicos de España que más tiempo lleva dedicándose a este mundo apasionante. Tiene a sus espaldas miles de pruebas dactilares realizadas. Tampoco morderse la primera capa de la piel, la epidermis, permite esquivar la sagacidad del SAID: la segunda capa, la dermis, reproducirá la huella de forma idéntica. «Hay quienes intentan hacer este truco pero no funciona», reconoció el inspector.

Falsificar un documento parece una tarea complicada, pero falsificarlo y que no se detecte es un trabajo aún más complejo. El área de documentoscopia estudia todos los documentos sobre los que se sospecha que son falsos. «La primera medida de seguridad en un documento oficial es el papel: está claro que el papel de un billete no es el mismo que el de un folio», explicó el ponente. Una de las medidas de seguridad más valorada es la marca al agua, la imagen formada por diferencia de espesores en una hoja de papel y que puede observarse mirando al trasluz. Esta técnica es imposible de falsificar: se logra utilizando mayor o menor cantidad de papel en el momento de imprimir el documento y «los billetes se imprimen con herramientas muy costosas que nadie puede adquirir», contó el experto. Otra medida de seguridad es la tinta de los documentos auténticos, que cambia de color según la luz que incida y que resulta muy difícil de copiar.

Las firmas también son una prueba fundamental para analizar la veracidad de un documento y de ellas se encarga también el área de documentoscopia. «Dos firmas absolutamente idénticas implican que una de ellas es falsa, ya que lo absolutamente idéntico no existe», indicó Carrera.

El policía científico explicó además a los asistentes algunas de las distintas formas de estafa que se utilizan hoy en día, como las tarjetas clonadas, los billetes tintados o los bolsos apantallados, que consiguen pasar por las alarmas sin ser detectados.

¿Y la actividad de un policía científico se parece a la de los CSI de televisión? Carrera mostró una escena real a la que se enfrentan los agentes asturianos: un cadáver descompuesto en una casa repleta de basura. Digno de una película. Es el momento de buscar huellas, la mejor guía para capturar al malhechor.

Fuente: lne.es