Salut afirma que el plan de Trànsit choca con 3 leyes de privacidad

La confidencialidad de la identidad de los pacientes está protegida por dos leyes orgánicas y una tercera del Parlament. Son la ley general de sanidad, la ley de protección de datos y la de derechos y deberes del paciente, respectivamente. Con este entramado legal, la Conselleria de Salut respondió el martes de nuevo a la idea del director del Servei Català de Trànsit, Joan Josep Isern, que quiere que los médicos revelen cuándo un conductor está tomando psicofármacos o es adicto al alcohol o las drogas para vetarle la conducción.

Lejos de rectificar la propuesta del lunes, Isern se hizo fuerte ayer con su idea. No obstante, repartió responsabilidades entre la autoridad competente en la retirada de permisos -la Dirección General de Tráfico (DGT)- y los facultativos. Si el día anterior Salut ya había respondido tímida pero contundentemente que los datos personales de un enfermo son secreto profesional a proteger por el médico, ayer insistió en que la ley ampara esa privacidad. «Todo lo que se haga en materia de tráfico o de prevención de cualquier tipo ha de mantener la confidencialidad de la identidad del paciente, porque de lo contrario se estaría infringiendo esas leyes», subrayaron fuentes del departamento de Boi Ruiz.

CIU IMPROVISA UNA ENMIENDA

El director de Trànsit no había informado a Salut de su plan. Tampoco al grupo parlamentario de CiU en el Congreso, que ayer tuvo que darse prisa para improvisar una enmienda en la tramitación de la ley de Tráfico, cuyo plazo finalizaba por la tarde. «Hemos planteado una propuesta prudente y garantista porque es una idea que no se puede improvisar», interpretó el diputado Jordi Jané.

El portavoz de CiU en la comisión de seguridad vial de la Cámara Baja ha pedido a la DGT que en un plazo de seis meses elabore una propuesta para que en aquellos supuestos en los que una persona no pueda conducir por razones médicas por un determinado periodo de tiempo «y siempre salvaguardando los datos de carácter personal» se la considere «no apta», como ocurre ahora con las revisiones médicas para renovar el permiso de conducir.

«INCIDENCIA DIRECTA»

A la espera de conocer si el Gobierno de Mariano Rajoy acepta estudiar una propuesta de este calado, fuentes sanitarias insistieron ayer en que únicamente los médicos pueden determinar si a un paciente que tome psicotropos, psicofármacos o analgésicos susceptibles de causar somnolencia (por ejemplo quienes sufren migrañas graves) se le debe «ordenar» que deje de ponerse al volante. Este extremo es el que también subrayó el director de Trànsit, que apareció con un libreto de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria bajo el brazo en el que se relacionaban 18 enfermedades con «incidencia directa» en la conducción.

Arritmias y asmas graves; insuficiencias cardiacas; cirugía de prótesis valvulares; transtornos de personalidad; obsesivo-compulsivos no controlados, entre otras dolencias que precisan medicación, fueron relacionadas por Isern, que puso en manos de los médicos y de la DGT la responsabilidad de ejecutar la idea.

El catedrático de derecho penal de la UB, Joan J. Queralt, calificó la idea de Trànsit de «disparate» ya que, advirtió, «hay que demostrar antes de retirar un permiso si alguien está o no en plenitud de condiciones. Es una medida populista que trafica con el dolor de la gente», se quejó.

APOYO DE LAS VÍCTIMAS

Quienes ayudan a los que han padecido la muerte de un ser querido, las tres principales asociaciones de víctimas catalanas sí se pusieron de lado de Joan Josep Isern al considerar que el «grave problema» de la conducción bajo el efecto del alcohol y las drogas «hay que abordarlo con medidas diferentes a las actuales» ya que el 35% de los muertos en accidente tienen una tasa superior a la permitida.

Fuente: elperiodico.com